Quien soy

 Rachel  Fregosi

   Terapeuta en Naturopatia Holística

Tarotista

 

De familia inmigrante italiana, nací en un pueblo al norte de Francia donde la historia predominante era la segunda guerra mundial. Me desarrolle en comunidades italianas, árabes y polonesas.

Supongo que para escapar a una triste y terrible realidad que vivió mi familia y los otros inmigrantes, me refugié en el arte. La Danza y las Ciencias Ocultas. Desarrolle la conexión entre el poder mental sobre el cuerpo y las fuerzas invisibles.

Después de graduarme en la secundaria en filosofía, entregue mi cuerpo y alma a la danza y a la astrología. Me fascinaba la luna, las estrellas y sentía que algo más existía. La danza fue una grande terapia de desarrollo personal y toma de consciencia de la importancia de la alimentación sobre nuestro cuerpo y mente. La nutrición entro por consecuencia en mis prioridades. Después de varios años como bailarina profesional y maestra, la vida me hizo pajar de manera drástica. Un accidente en una pierna desvaneció mis sueños. Entre en una profunda depresión, pero esa fuerza invisible se hacía sentir más y más. La magia entro en mi vida. Deje Francia para confrontarme a los elementos extremos de la naturaleza a través de la navegación en velero en océanos lejanos. Tenia que ganar mi vida, así que utilicé mi otro conocimiento, la nutrición, y empecé mi trayecto como cocinera en los veleros. Fue una experiencia de 2 años donde desarrolle la humildad, mis sentidos, mis sensaciones, el control mental, la soledad y a la misma vez la conexión universal. Me abrí al divino y desde entonces, nunca dejé de ampliar este maravilloso mundo invisible.

La búsqueda de mí misma, la voluntad de crecer, curarme y ser un mejor ser humano me llevo en Costa Rica hace mas de 20 años. Llegando en esta magnífica tierra, llegaron también las cartas de Tarot en mi vida, como por magia y no me soltaron. Pase 5 anos conviviendo en comunidad Rastafarai en el Caribe de Costa Rica. Aprendí la esencia de la vida: dejar lo material y lo superficial, reconectarme con el tiempo real: el presente, reconsiderar los valores vitales, desarrollar mi fe y tomar el tiempo de vivir y amar. Me enfermé por el clima muy húmido, sufrí de hongos, Papalomollo (zancudos). Los Chamanes Rasta me curraron con plantas medicinales locales. ¡Otra revelación! Gracias a ellos, desarrolle una nueva pasión y no paje de aprender de las plantas del Caribe.

Poco a poco, mis cartas de Tarot, no eran solamente una guía para mis búsquedas y desarrollo personal, pero me di cuenta que recibía más y más mensajes de predicciones. Mi hija nació. El Caribe, en este momento se alejo de la paz y armonía. La vida nos trajó en Guanacaste, otra provicien de Costa Rica. Abrí un restaurante con comida multicultural, una síntesis de mis viajes. Nunca deje el arte, mi restaurante tenia una galería de arte local. Con los años, el pueblo también cambio. De un pequeño pueblo familiar muy tranquilo se desarrolló el sentido de competencia entre negocios, lo que me hizo cambiar de camino. La experiencia de curar a mi hija y a mí misma solamente con plantas, me hizo descubrir el concepto de Macrobiótica y me convertí. Vendía productos de macrobiótica puerta a puerta en los pueblos más retirados de la zona. Aprendí de los Guanacastecos. Me enseñaron la cultura indígena y otras plantas medicinales. Gracia a ellos pude ampliar mis conocimientos.

En estos momentos, los mensajes de mis cartas eran más de predicción y me informaron de la grave enfermedad de mi madre. En 3 días, estábamos en Francia, 1 mes después murió mi madre. El tiempo que nos quedamos en Francia para acompañar a mi padre durante el duelo, Costa Rica estaba en mi corazón. Escribí un libro cultural para niños sobre mi país de adopción. Hice una formación especializada en masaje facial y como usar la planta de Sábila de manera interna y externa. La Sábila era la primera planta que los chamanes del caribe me enseñaron. Después de 3 años, regresamos en Costa rica.

Siguiendo mis intuiciones y mis guias, entendí que era el momento de establecerme en un lugar fijo y aportar a mi hija una estructura. Nos establimos en un lugar retirado, en medio bosque, medio jungla. Estaba en la búsqueda del silencio externo para trabajar el silencio interno. Trabajé 2 años en un Retiro de Yoga, donde ofrecí masajes faciales con cosméticos naturales a base de Sábila, lectura de Tarot y después me encargué del Juice Bar. Mi personalidad independiente me empujo de nuevo a crear mi propia forma de trabajar y abrí un pequeño restaurante en el patio de mi propiedad. Estaba en casa y pude dejar mi imaginación libre para crear lo que quería ofrecer a los demás. Se llamaba “Naturoots” (las raíces de la Naturaleza). Mi comida vegetariana, vegana y bebidas eran enfocadas en la salud y en el bien estar. Ofrecía una tienda de arte local, medicina natural de plantas, cosméticos naturales caseros. Eran un conjunto de todas mis pasiones. Compartía mis aptitudes de las cartas de Tarot con mis amistades, ayudándoles en varios aspectos y de boca a ojeras, me llegaron clientes.

Fluyendo con las olas de la vida, después de 5 años, sentí y entendí que llegué al fin de la cocina. Tenía que centrar mi energía en lo que más aspiro, el equilibrio físico, mental y espiritual. Una formación holística en Naturopatía era la manera para academizar mis conocimientos y ampliar las variedades de terapias alternativas. Así que “Naturoots” evoluciono en “Naturoots Holístico”. Mi cocina se transformó en un espacio donde practico la alquimia, preparando remedios, tinturas de plantas, aceite de masaje a base de aceites esenciales. La tienda se transformó en consultorio de Naturopatia Holística. Mis cartas, siempre presente conmigo, ofrecen lectura personal. Son mis preciosos herramientas  para detectar el problema emocional que regenera el mal estar y enfermedad. Mi trabajo en las emociones se completó con la Terapia de las Flores de Bach. Fui en un viaje sin fin, donde no hay limitación, siempre evolucionado mis conocimientos para compartirlos con los demás y aprender de ustedes también. Observo la Naturaleza y entiendo que la vida es un camino mágico cuando uno acepta dejarse fluir en ella.

¿Desea acompañarme en esta experiencia? Yo, lo quiero.

 

Con amor, Rachel

   

 

 

 

 

 

Español